sábado, 16 de mayo de 2009


Ser hija de un dragón podría parecer un regalo del cielo, un atributo que la mitología me ha otorgado. A los ojos distantes de quienes miran y no detienen su mirada, poseo el privilegio de ser vástago de los elementos, procedo pues de la armonía de la tierra, el mar y el aire. De los dragones, se dice que somos criaturas bellas e imponentes, exhuberantes y con una moral totalmente opuesta, según quienes escriban la historia de mis antepasados.

2 comentarios:

  1. no dejes de explotar tu don, lo tienes en la cabeza ,en la imaginacion, sobre todo en tus manos, borja no dejes de hacer lo q tanto te gusta pq es lo q nos llega a los demas, sogue transmitiendo con mas fuerza cada dia, yo se q es muy posible q marques tendencia entre los mas jovenes, felicidades

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